Candela seguía en su habitación mirando fijamente, observaba todos los detalles, aunque la luz del alba decolorara sus pupilas...
¿Quién dijo que la vida fuera fácil? Los días oscuros no le gustaban... ella era más de pasta candente. Un corazón frío con una mirada cálida... ¿Algo incompatible? No tenia porqué...
Como guardiana de las causas perdidas iba creciendo con sus esfuerzos. Los recuerdos se quedaron en sus adentros, presa de su soledad y a la vez tan acompañada. Su vida era una explosión de color.
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